miércoles, 15 de febrero de 2012

Etnia chachi, víctimas de robos y extorsionadores

Los chachis no descartan justicia por su propia mano en su defensa
El asesinato de Juan Bautista Añapa Cimarrón (49 años de edad), profesor de educación primaria intercultural bilingüe, puso en alerta a las comunidades chachis de Esmeraldas por la serie de delitos que se vienen cometiendo a esta etnia, desde hace dos años.

El crimen ocurrió a las 01:00 de este miércoles en la comunidad Zapallo Grande, cantón Eloy Alfaro, norte de la provincia ‘verde’. “Al parecer el docente opuso resistencia al asalto que perpetraban a su domicilio tres delincuentes que le dispararon en el pecho”, denunció Pedro Cimarrón, director provincial de Educación Intercultural Bilingüe (Dipeibie).


Con su familia tenían una tienda y cabinas telefónicas y por segunda vez había recibidos amenazas, detalló Cimarrón. Al medio día arribaron familiares del docente a retirar el cofre mortuorio donado por la Federación de Centros Chachis (Fecche). 


Además, presentar la denuncia ante el gobernador Lenin Lara y el intendente Cesar Cortez, pero los dos funcionarios no se encontraban en ese momento en sus despachos.

Añapa, pastor evangélico, era profesor de primaria desde el 9 de diciembre de 1995, según consta en el departamento de Recursos Humanos de la Dipeibi. Pero este no es el único crimen a profesores chachis por robo.

El año pasado fue asesinado David Quiñonez Largo, cuando bajaba en su bicicleta del recinto Las Pavas, parroquia Malimpia (Quinindé). Luego de asaltarlo, lo asesinaron y el cadáver lo lanzaron al río para no dejar huellas.

También, Ercilio Pianchiche, colector de la Red Educativa, fue asaltado y herido por robarle el motor fuera de borda a tres horas de la parroquia Borbón. Algo similar le ocurrió a Jaime López, en diciembre pasado y fuero herido de gravedad con impactos de bala.

Mientras que Wagner Pianchiche,Pedro Baldomero y David Añapa, fueron secuestrados para robarles dinero y motores fuera de borda. Santiago de la Cruz, dirigente de la Conaice, reveló que desde hace dos años estas comunidades indígenas son asaltadas las viviendas y amenazas de extorsionadores.

La policía y fuerzas armadas tienen dificultades para hacer patrullajes en la zona por ser selvática y la diversidad de ríos que impiden llegar rápidamente en operativos. (JLF)