Industria del coco toma fuerza en Esmeraldas

Procesado de coco en La Tolita Pampa de Oro, norte Esmeraldas
(Foto Luis Freire)

La comercialización de coco sin procesar y desecado y elaborados de caña de azúcar, es una nueva alternativa económica que está integrando a pobladores del recinto Tolita Pampa de Oro, cantón Eloy Alfaro, norte de la provincia de Esmeraldas.

La mayoría de habitantes de este poblado se dedicaron a la extracción (huaqueros), de los restos arqueológicos de la cultura La Tolita, que habitó estas zonas entre los años 500 a.c. y 500 d.c.  Para contrarrestar el saqueo, el Estado intervino con el ex Proyecto de Desarrollo de los Pueblos Indígenas y Afroecuatorianos (Prodepine), instalando doce proyectos agroindustriales que quedaron abandonados.

Hace dos años,  el Fondo Ítalo Ecuatoriano (FIE) financió con $182.000 la implementación de nueva maquinaria y una planta de tratamiento de agua potable, más un aporte de $53 000 del Gobierno Municipal de Eloy Alfaro y $30 000 del terreno y edificación que construyó la comunidad, manifestó Ginio Castro, gestor del proyecto.

Ahora la compra y elaboración de derivados de coco y  caña es administrado por la Agroindustria Cocotera “Tolita Pampa de Oro”, que agrupa a nueve socios. Todos ellos (tres mujeres y seis hombres) trabajan desde el proceso de pelaje hasta el enfundado al vacío del coco terminado.

Aida Castillo, madre de tres niños, comenta que ella obtiene una ganancia de $80 en cada proceso de corte y raspado del coco.  El coco es un fruto comestible, obtenida del cocotero, la palmera más cultivada a nivel mundial. El principal producto exportado desde las distintas zonas de cultivo es la copra sin procesar, seguida del coco desecado

“Aquí le damos valor agregado al coco para comercializarlo directamente con los granoleros de Santo Domingo de los Tsáchilas, Guayaquil y Quito”, dijo de su lado Washington Méndez, presidente de la asociación.

Méndez detalló que por el momento se comercializa una tonelada de coco cada quince días. Pero el proceso dura unos cinco días luego que compran el coco de las comunidades Cacagual, Santa Lucía, Los Atajos, Ranchito y Palma.

El transporte se lo hace en frágiles canoas hasta La Tolita Pampa de Oro y otra parte se lo lleva en sacos hasta el puerto fluvial de La Tola, para embarcarlos en camiones y llevarlo a los mercados de Quito, Guayaquil o Santo Domingo.

“Cada coco se lo compra a un costo de 0,80 ctvs y aprovechamos el agua porque no tenemos terminado la planta desalinizadora de agua que está en construcción”, detalló Méndez.

La Agroindustria “Tolita Pampa de Oro” aspira comercializar 5 toneladas de coco al vacío con la empresa Nutrivital. También plantean que se instale una planta para el proceso de abono de plantas son la estopa,  y con la corteza confeccionar artesanías o producir carbón activado.

Las partes del coco que no se usan sirven de relleno del malecón, pero está contaminando el río por su descomposición ya que no hay un sitio para enterrarlos, dijo Ginio Castro.

Con el FIE también se ha recuperado los trapiches para procesar la caña de azúcar y la instalación de paneleras en los recintos Ranchito y Los Atajos. Además incentivar en el cultivo de maíz y cacao.

El dato

En la zona de La Tola existen unas 3 600 hectáreas de coco en producción en pequeñas fincas que agrupa a unas 540 personas, pero que da empleo indirecto a unas 3 000 personas más.

El coco es un fruto comestible, obtenida del cocotero, la palmera más cultivada a nivel mundial. Tiene una cáscara exterior gruesa y fibrosa (mesocarpio) y otra interior dura, vellosa y marrón (endocarpio) que tiene adherida la pulpa (endospermo), que es blanca y aromática. Mide de 20 a 30 cm y llega a pesar 2,5 kg. (LFA - Diario HOY)